viernes, 31 de enero de 2014

EL DUENDE ABANDONADO

Había una vez unos padres que eran duendes y abandonaron a su hijo.

Un día, un niño que se llamaba Javier, iba paseando por el bosque y se encontró una cajeta al lado de un árbol. Se asomó a ver qué había y se encontró a un duende. El duende dijo: - ¿Me puedes dar algo para comer?. El niño aceptó. Lo llevó a su casa. Le preguntó a sus padres que si se podían quedar. Sus padres se lo pensaron pero dijieron que sí. El duende le dio las gracias. Daniel, muy contento, fue a bañarlo, a darle de comer y dejarle descansar.

Al día siguiente lo llevó a su colegio para que sus compañeros lo conocieran. El duende estaba disgustado porque veía a muchos padres dejando a sus hijos y él le recordó a sus padres. El niño, muy preocupado, le preguntó que qué le pasaba y él contestó: -Es que quiero encontrar a mis padres. El niño le dijo: -Vamos al bosque a buscar a tus padres. Allí seguro que los encontraremos.

Cuando salieron del colegio fueron al bosque. Llegó la noche y no lo habían encontrado. Los dos, muy disgustados, volvieron a casa. Su padre y su madre le preguntaron por qué habían tardado tanto y él respondió: -Es que a mi amigo, el duende, le gustaría mucho volver a encontrarse a sus padres. Llegó la hora de cenar y mientras cenaban llamaron a la puerta.
Daniel y su duende fueron a abrir y eran los padres del duende. El duende, muy contento, le preguntó que por qué lo abandonaron. Ellos dijeron: -Porque teníamos muchos gastos, no teníamos dinero y no te podíamos mantener. Daniel preguntó que si se podían quedar a vivir en su casa y sus padres dijeron que sí.

¡¡Colorín colorado, este cuento se ha acabado!!

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