
Érase una vez una calle que tenía casas a un lado y a otro, donde los niños jugaban
felices
. Un día al salir
del colegio, Anthea se dirigía a su casa, cuando pasó por
delante de la casa de un mago. La casa tenía un llamador muy raro, con forma de cabeza
de perro, y cuando pasabas por delante de la casa te ladraba. Cuando Anthea pasaba por
delante
del buzón de la casa vio que había un gato encima con un ojo verde y otro
azul
. El gato le g
uiñó el ojo azul, y en ese momento se bajó
del buzón y se metió
entre los setos de la casa
del mago.
Cuando cruzó los setos no llevaba el uniforme
del colegio
. Llevaba un vestido dorado,
unos zapatos escarlata y unas medias verdes. Cuando se levantó tenía al mago enfrente;
el mago invitó a la niña a entrar y le explicó que si veía en alguna ventana un mundo
que le gustase podría quedarse pero salir de él.
La niña miró por todas las ventanas pero ninguna le convenció, y le preguntó al mago
que si no había más ventanas
. Éste le dijo que s
í, pero que era m
ás pequeña que las
demás, y que creía que no le iba a gustar; pero se equivocó, porque
ése era el mundo
que ella quería, y salió por la puerta muy contenta. El mago le dijo al gato: - ¿Cómo
es que no se ha dado cuenta de que
ése es el mundo real
?.
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