martes, 18 de noviembre de 2014

CUENTO.

Esta mañana, mi amigo, el lobo feroz, me ha contado que anoche la abuelita lo mandó a la cama sin cenar. ¿Queréis saber por qué? Ésta es la historia que me ha contado...
Todo comenzó hace unos tres días, cuando mi amigo el lobo feroz salió a dar un paseo por el bosque, y paseando por un largo sendero, se encontró con una ardilla y la convenció para que se fuera con él a su casa. Como la abuelita no quería mascotas, mi amigo el lobo feroz, decidió tener escondida a la ardilla para que la abuelita no se enterase. A la abuelita le encantaban las nueces, por eso siempre tenía en la despensa una cesta llena de nueces. ¡Y qué casualidad! el lobo feroz, había escondido a la ardilla en la despensa. A la hora de la merienda, la abuelita fue a la despensa a coger algunas nueces, pero se encontró con la cesta vacía y se llevó un gran susto al ver a la ardilla en un rincón de la despensa. Sus gritos los sintió el lobo feroz, que acudió de inmediato a ver lo que ocurría. Entonces el lobo tuvo que confesar a la abuelita que había sido él quien escondió allí la ardilla. La abuelita, muy enfadada, lo mandó a la cama sin cenar.

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