miércoles, 12 de noviembre de 2014

VIÑETAS COFRADES lV

Este libro cuenta cuatro historias y leyendas de la Semana Santa de Sevilla.

La primera historia es de la Hermandad de la Paz llamada: La fundación de La Paz

Cuando decidieron formar la Hermandad de la Paz fueron al barrio del Porvenir. Tres jóvenes visitaron el taller de Antonio Illanes para comprar los titulares de la hermandad, pero al parecer la Virgen que escogieron estaba vendida a una cofradía de la provincia. Al final Antonio consiguió cambiar el contrato con la cofradía.
Cuando pasaron los años, la Hermandad solamente tenía la Virgen y la Semana Santa estaba a la vuelta de la esquina. Pero los tres jóvenes, que ya eran viejos, fueron por las calles de Sevilla recaudando dinero.
Al final consiguieron recaudar suficiente dinero para comprar los enseres. Los pasos se los dejó una Hermandad de Alcalá y también consiguieron pagarle el Cristo a Illanes.
La segunda historia es de la Hermandad de la Hiniesta llamada: La leyenda de la Hiniesta
El caballero llamado Mosén Per de Tous iba caminando por el campo con su escudero y dos perros.
Los perros se pusieron a ladrar, el escudero los siguió pera ver lo que pasaba. Cuando los perros se pararon, estaban enfrente de una Virgen con un letrero que ponía: "SOY DE SEVILLA, DE UNA CAPILLA JUNTO A LA PUERTA QUE ENCAMINA A CÓRDOBA".
El caballero Mosén la llevó a Sevilla. Recibida por los Reyes de España, la Hermandad de la Hiniesta, que era muy conocida, decidió quedársela para darle culto y sacarla en procesión y ese año, la Hermandad salió con tres pasos: un crucifijo, un palio y un paso alegórico que representaba el triunfo de la Santa Cruz.
Unos pocos años después, los ciudadanos de Sevilla decidieron que la Virgen iba a ser la Patrona de la ciudad.
Tres bandidos fueron a quemar la iglesia donde daba culto la Hermandad de la Hiniesta y lo perdieron todo.
La tercera historia es de la Hermandad del Valle llamada: La leyenda de la Santa Espina.
Estaban construyendo la iglesia de San Martín cuando, de repente, un hombre que estaba excavando, se encontró con un cofre. Dentro contenía una de las espinas que Jesús tuvo puesta en la cabeza.
Pasaron los años en la iglesia de San Martín cuando un día vino el monaguillo corriendo para decirle al sacerdote que un ciudadano estaba a punto de morir. Entonces el sacerdote cogió la espina y la llevó a la casa del enfermo. Cuando volvieron a la iglesia estaba cerrada y el sacerdote se tuvo que llevar la espina a su casa.
Por la noche entraron dos ladrones a casa del sacerdote a robar la espina. A la mañana siguiente el sacerdote puso una denuncia.
Después de muchos años un hombre fue a confesarse para decir que él había robado la espina.
La cuarta y última historia es de la Hermandad del Gran Poder y se llama:
Si quieres saber la última historia, léete el libro. Es muy emocionante.



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