Hace unos 3.000 años, la Península estaba habitada por dos grandes grupos de habitantes: los celtas y los íberos. Estos pueblos se organizaban en tribus, que vivían en pueblos amurallados y en lugares elevados.
Los celtas
Los pueblos celtas habitaban las tierras de la Meseta y de la costa atlántica de la Península. Se dedicaban principalmente a la ganadería y eran especialistas en la fabricación de objetos de metal. Los celtas mantenían pocas relaciones comerciales.
Los íberos
Los pueblos íberos vivían en la costa mediterránea. Comercializaban con los fenicios, los cartaginenses y los griegos. A los íberos se les daba muy bien la escritura y hacían esculturas bonitas. La mayoría de los íberos se dedicaban a la ganadería y a la agricultura, pero también eran expertos artesanos.
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