Debbie Ten, tenía un trabajo que le gustaba, a unas hijas que adoraba, a amigos. Y su madre no entendía por qué su hija se suicidó.
Pasaron unos días, la madre de Debbie descubre que su yerno le ha regalado el móvil de su difunta esposa a una mujer, separada, Debbie Had.
Ha confesado a su psicóloga el temor de que su esposo pudiera matarla y así se lo trasladó a la madre de la víctima, quien ya no tiene duda de la causa de la muerte de su hija.
Fueron al juicio y ganó la madre de Debbie y al hombre le echaron 65 años de cárcel y las niñas se las quedó la abuela.


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