martes, 2 de junio de 2015

TONTORATÓN EL QUE LLEGUE EL ÚLTIMO

   Un día Geronimo estaba en su despacho pensando una nueva exclusiva cuando llegó Tea, su hermana. Entró con su moto y al momento le dijo:
- Geronimo, tengo un amigo que te quiere decir una cosa. Le he dado tu teléfono. En unos instantes te llamará. Le llamó y le dijo que tenía que ir al aeropuerto de Ratonia con una maleta de ropa y los ojos tapados.

   Cuando Geronimo llegó al aeropuerto, el amigo de Tea, llamado Hiena, lo cogió sin que Geronimo se diese cuenta y lo metió en un avión con destino al Sáhara. Al llegar al Sáhara, Geronimo le dijo:
- ¿Quién eres? ¿Dónde estamos?
- Soy Hiena, el amigo de tu hermana. Te he traído aquí para ponerte en forma. Aquí viene mucha gente a correr el maratón del Sáhara y tú lo harás conmigo.

   Geronimo, muy asustado, cogió el móvil para llamar a su hermana Tea para que lo recogiera y lo llevara a Ratonia, pero no le dio tiempo. Hiena le tiró el móvil y el reloj. Geronimo, sin ninguna forma de escapar, le dijo que le explicara cómo era la carrera. Le dijo que eran 4 días de carrera.

   Llegaron al campamento donde estaban todos los maratonianos que iban a correr esa carrera.
   
   Llegó el 1º día del maratón. Salieron, llegaron al cabo de 2 horas y Geronimo se metió en su tienda de campaña hasta el siguiente día.
   
   2º Día: Salieron y a la mitad del camino llegó la hermana de Geronimo con su avión, con una pancarta en la que ponía: "Geronimo, Hiena, vosotros podéis". Terminaron y Geronimo antes de entrar en la tienda de campaña se puso a cenar.

   3º Día: La ruta tenía 25 km. Era la ruta más larga de todas. Llegaron a la mitad de la ruta y se encontraron con dos personas montadas en un camello. Geronimo le preguntó si tenía una gorra o algo parecido y le dieron una especie de manta para el pelo. Geronimo le dijo a Hiena: -Esto es todo bicho. Hasta debajo de esa roca hay bichos. Geronimo levantó la roca y había escorpiones. Uno de los escorpiones le picó y le inyectó el veneno. Hiena, corriendo, le sacó el veneno con una forma que tenia ella. Geronimo le dio las gracias por sarvarle la vida y Hiena le enseñó la técnica, por si alguna vez le ocurría eso a alguien.

   A los pocos kilómetros de llegar a la meta, a Hiena le picó una serpiente venenosa. Geronimo intentó sacarle el veneno como ella le dijo, pero no pudo. Geronimo cogió a Hiena en brazos y corriendo fue a la meta. Allí, los maratonianos que ya habían llegado, avisaron a un médico para que le sacase todo el veneno. Al cabo de unas horas, Hiena ya se había recuperado.

   Al día siguiente fueron a Ratonia y todo volvió a lo normal.
                               
                           FIN!!!!

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